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  • Foto del escritorCarlos Bassan

Entre la necesidad enriquecedora y la contaminación lingüística

La adopción del término "empowerment"

El lenguaje es una entidad viva, en constante evolución, que refleja las dinámicas sociales y culturales que impregnan una comunidad. En este proceso, el español ha incorporado numerosos términos de origen extranjero, especialmente del inglés, que a veces enriquecen y otras veces empobrecen el idioma. Un ejemplo notable es el término "empowerment," que se traduce como "empoderamiento." Este anglicismo se ha arraigado profundamente en el discurso académico, político y social en las últimas décadas. Sin embargo, su adopción plantea una paradoja interesante entre la necesidad de su uso y la contaminación lingüística que representa.


La globalización ha acelerado la integración de términos ingleses en diferentes idiomas, incluido el español. Palabras como "selfie" y "flashback" (teniendo "analepsis") se han convertido en parte del léxico cotidiano, desplazando términos equivalentes en español o llenando vacíos semánticos percibidos. En este contexto, "empowerment" ha surgido como un término clave en los discursos sobre derechos humanos, desarrollo social e igualdad de género. Originalmente utilizado en los movimientos de derechos civiles y feministas de los años 60 y 70 en los Estados Unidos, el concepto de empoderamiento implica dar a individuos y comunidades el poder y la capacidad de tomar decisiones y controlar sus vidas.


La adopción de "empowerment" en español no está exenta de críticas. Por un lado, algunos argumentan que su uso indiscriminado, al igual que otros anglicismos, contribuye al empobrecimiento del idioma. Cada vez que se adopta un término extranjero sin buscar un equivalente en español, se corre el riesgo de erosionar la riqueza lingüística y cultural del idioma. En lugar de buscar términos existentes o crear neologismos que preserven la estructura y esencia del español, optamos por la adaptación directa del inglés, lo que puede llevar a una pérdida de matices y profundidad en el idioma.


A pesar de estas críticas, el término "empowerment" ha demostrado ser de innegable relevancia y utilidad en el contexto contemporáneo. Su uso se ha extendido más allá de los círculos académicos para permear las políticas públicas, los programas de desarrollo y los movimientos sociales. La noción de empoderar a las personas para que tengan mayor control sobre sus vidas, habilidades y elecciones es fundamental para construir sociedades más justas y equitativas. El término ha facilitado la comunicación de ideas complejas y ha fomentado una conciencia colectiva sobre la importancia de la autonomía y la agencia individual y comunitaria.


En conclusión, si bien la adopción de términos como "empowerment" puede verse como una forma de contaminación lingüística, también es un signo de la adaptabilidad y vitalidad del lenguaje. La clave es encontrar un equilibrio fomentando el uso de términos que, aunque de origen extranjero, enriquezcan el discurso y sean necesarios para abordar conceptos contemporáneos cruciales. Al mismo tiempo, es esencial incentivar el desarrollo de equivalentes en español y mantener la diversidad lingüística que caracteriza a nuestro idioma. De esta manera, podemos abrazar la evolución del lenguaje sin sacrificar su riqueza cultural y semántica.

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